Sentir y emocionarse.
No podemos olvidarnos de esta importante dimensión que también conforma parte de nuestra personalidad.
Al acercarnos a conocer nuestro cuerpo, las emociones cumplen un papel fundamental.
Reconocerlas y saber gestionarlas apropiadamente nos permiten aprender a mejorar nuestro bienestar interior.
Y es que hay que reírse de la vida, con las pequeñas cosas,
llorar para desahogarnos en momentos de tristeza,
expulsar con palabras nuestro enfado
aprender a relajarnos cuando estamos nerviosos,
buscar palabras de aliento ante el temor y el miedo.
El teatro Binomio nos ha representado su obra "Así me siento" en la que dos muñecas nos mostraban diversas emociones y algunas situaciones en las que nos podíamos reconocer como
pequeños enfados en el recreo,
o la tristeza ante un juguete roto.
También nos han enseñado el valor de la amistad, y el poder de la imaginación,
que puede transformar
lápices en mástiles de barco,
y sacar fantasmas de cajas de cartón.
Pero sobre todo... ¡Nos han hecho reír a carcajadas!
Y es que la alegría es la emoción que más nos gusta.
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